Venezuela, su economía socialista y la mora. Parte 2
Siguiendo la línea de pensamiento del artículo anterior, un economista llamado Francisco Rodríguez respondió a Hausmann que el hecho de que la gente no pueda comprar todos los dólares o todos los productos importados que quiera al precio actual no dice nada sobre la cantidad de dólares que el gobierno posee, sino que el gobierno está vendiendo estos dólares a un precio artificialmente bajo.
Y es que además, Venezuela, independientemente de todos los problemas que haya podido tener, se ha caracterizado por pagar sus deudas contraídas en Wall Street con toda puntualidad, especialmente durante el gobierno del fallecido y recordado Hugo Chávez.
No es entonces extraño que los bonos venezolanos se cuenten entre los más recomendados por operadores del mercado a clientes con gusto por riesgos altos.
La explicación de que Venezuela tenga tan buena reputación con sus pagos, en su condición especial: es uno de los mayores productores de petróleo del mundo y el 95% de sus exportaciones son barriles de crudo.
La economía venezolana depende muchísimo del precio internacional de petróleo, el cual presenta una alta volatilidad; eso origina la constante posibilidad de pasar de una época de bonanza a una situación de vacas flacas. Y viceversa.
En caso de necesidad, Venezuela puede salir al mercado a buscar créditos; mas si se declara en default, se cierra el mercado de créditos y la vulnerabilidad aumenta exponencialmente.
Puesto que el precio del petróleo ha aumentado en la última década, Venezuela vio sumamente reducida la producción y han aumentado las importaciones de alimentos, repuestos y medicamentos, entre muchísimos otros bienes: aproximadamente un 75% de lo que consume Venezuela es importado.
Por lo tanto un default acarrearía un costo muy alto, por su efecto en las cartas de créditos y las importaciones.