Porqué no mantenemos los Stops? 2/3
Porqué no mantenemos los Stops? 2/3
La falla de percibir el mercado como un ambiente incierto puede resultar en otra equivocación fatal:
Las pérdidas pueden ser eliminadas.
Esta noción errónea origina más pérdidas. Un operador modifica y ajusta su sistema tratando de deshacerse de las pérdidas completamente. En ese ajuste y re-ajuste constante el sistema evoluciona hacia algo totalmente diferente perdiendo su lógica original o incluso deja de producir señales de entrada. Como resultado, un operador puede o abandonar su sistema, el cual tal vez no era tan malo o en un caso peor se rehúsa a colocar los stops loss. Si se hubiera quedado con el enfoque original, tal vez con algunos toques de mejora menores, seguiría produciendo resultados estables.
Mi operación soy yo mismo.
Esta es una de las equivocaciones subconscientes escondidas que nos hacen rehusar los stops. Un operador percibe el resultado de su operación como un reflejo de su personalidad, sus habilidades; una operación fallida lo hace sentir como si fuera él mismo una falla. Ganar lo hace sentir “bien” mientras perder lo hace sentir “mal”. A nadie le gusta “ser” una falla. Por eso entonces es que nos rehusamos a tomar el stop loss. Podemos estar en lo correcto y aún así perder en una operación; y de la misma forma podemos estar eqiuvocados y ganar.
Es importante diferenciar entre buenas y malas operaciones. En este punto es importante separar nuestra auto-percepción de los resultados de nuestras operaciones. Tomar un stop loss, es detener nuestras pérdidas (lo que no tiene nada de tonto). El mayor activador para el enfoque correcto aquí es percatarse de que aceptando el mercado como un ambiente de incertidumbre hemos aceptado la posibilidad de pérdidas. Incluso si no esperamos que el mercado trabaje en nuestro favor cada vez, no hay razón para sentirse tonto cuando no lo hace.
Una pérdida es solamente en el papel hasta que se asume.
Esto es un gran error. Si una pérdida se nos va de las manos, es muy real. Nos paraliza, nubla nuestro juicio, y nos hace perder muchas otras oportunidades. En vez de tomar una pérdida pre-determinada y movernos a otra operación, nos sentamos y observamos la perdedora mientras nos revolvemos de dolor y remordimiento. Nuestro chance de tomar una pérdida pequeña se esfumó. Ahora agonizamos con una grande que va a desgastar nuestra cuenta e inflingir serias heridas emocionales. El mercado ha seguido, otros sectores siguen en el juego, y todavía nosotros alimentamos nuestra operación perdedora, odiándola pero sin ser capaces de ponerle fin.