China y el efecto de su decrecimiento
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ha generado una advertencia para América Latina y el Caribe. Según el mencionado instituto, los países de esta región no estarán “blindados” frente a las coyunturas globales, especialmente cuando China, que hasta no hace mucho funcionaba como el motor del mundo, dejó de crecer a dos dígitos y ya no es tan sólida la confianza de los expertos en el resurgimiento europeo.
Según los pronósticos del BID, la región tendrá que pasar de un crecimiento promedio del 4,8% entre 2003 y 2007 obtenido durante el quinquenio previo a la recesión originada por la crisis financiera de 2008, a un crecimiento de 3,9% para el período 2013-2017 como resultado de la caída en los precios de las materias primas. En el caso de Colombia provendría de barriles de petróleo y toneladas de carbón más baratos.
Y a todo eso le sumamos una reducción de 5% de la inversión extranjera.
En base a estas premisas, el organismo ha llegado a proponer la inclusión de reformas al sistema económico como fórmula para impulsar la economía local en 0,97%, bastante por encima del 0,25% que se obtendría de no hacer nada.
En el análisis plasmado en el informe del Banco, la región en su totalidad se beneficiaría de la toma de medidas para incentivar la renovación de la infraestructura, que generen un fortalecimiento de la productividad y mejoren el ingreso.
A todo esto deberían sumarse la generación de programas de estímulo a inversiones de capital, no orientados a las inversiones de portafolios, los llamados capitales golondrina de naturaleza especulativa.