Situación de la energética argentina Edenor – un breve análisis. Parte 2
En el artículo anterior mencionábamos la situación por la que atraviesan las energéticas del país sureño.
El congelamiento de tarifas para el sector público, por parte de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner desde hace más de diez años ya ha ahogado a las compañías a nivel financiero; aunque hay que reconocer que, durante 2013, las expectativas de cambios al respecto propulsaron fuertemente al alza los papeles del sector energético argentino.
Los especialistas no se expresan con optimismo a este respecto: no esperan incrementos tarifarios a corto plazo; y, por eso, las acciones no van a repetir el desempeño de los últimos doce meses en la BCBA.
En 2013 la compra de acciones de Edenor fue principalmente especulativa, y de oportunidad muy grande desde la perspectiva de la posición técnica: se buscó fue anticipar que las compañías energéticas pudieran volver a facturar más. La relación gobierno/sector siempre ha sido algo espinosa en lo que se refiere al manejo de tarifas: el mercado percibió que el gobierno estaba entrampado con el tema, y fue perdiendo su bien
más preciado: las reservas, debido a la importación de energía que demanda la economía. Básicamente ese fue el fundamento de los inversionistas: anticiparse al momento en que el gobierno se vea obligado a generar un plan para este sector.
El enorme atraso de la cotización en función del congelamiento de tarifas, hace posible que el más leve rumor acerca de un avance en el mundo político en relación al tema tarifario haga que los precios se disparen. Los inversores que se avocaron a estas compras principalmente responden a la búsqueda de la posibilidad de especular con las mejoras en la situación financiera de la empresa que se presentarán luego de aumentar las tarifas; no se trata de inversionistas a largo plazo. En resumidas cuentas, pareciera lógico pensar que, dado el aumento en el consumo energético el papel también debería ir en ascenso. Sin embargo para que esto ocurra sería necesario un ajuste tarifario; ajuste que, según todos los indicios, no se dará en un corto plazo.