La rectificación de Cuba. Parte 1
Luego de las insólitas declaraciones de las conversaciones secretas en que los gobiernos de EEUU y Cuba buscaban un levantamiento del bloqueo y el restablecimiento de sus relaciones, éste último reveló un saludable superávit en su cuenta corriente de US$1.000 millones en el 2014. Lógicamente Cuba jamás hubiera podido salir por sí solo de esta patética situación, producto de años de bloqueo y de una economía total y absolutamente controlada por el Estado; únicamente lo pudo lograr por medio del apoyo de las remesas y la reexportación del petróleo que recibe a precios preferenciales de su (hasta ahora) aliado Venezuela a quien no parece importarle su propia crisis.
Una estimación de las reservas en moneda extranjera (normalmente considerada secreto de Estado) también ha surgido a la luz pública: Cuba, en una jugada que llama la atención, ha divulgado los últimos días más información sobre la situación (soberanamente frágil) de sus finanzas externas que en la última década, en tanto que el gobierno persigue inversión extranjera y créditos después de una mejora repentina de sus relaciones con Estados Unidos.
Estas interesantes revelaciones siguieron al sorprendente anuncio (en especial para el gobierno Venezolano) del restablecimiento de relaciones diplomáticas de Estados Unidos con Cuba y posterior levantamiento de ciertas sanciones económicas, en un cambio dramático, luego de más de cinco décadas de confrontación y enfrentamientos.
Necesitada de créditos nuevos, aunque sin condiciones para entrar en el mercado financiero de bonos, en estos últimos cuatro años Cuba había venido procediendo con la reestructuración de miles de millones de dólares de su deuda con China, y también con acreedores comerciales de Japón, México y Rusia, y como resultado obtuvo reducciones más que sustanciales en las sumas adeudadas, a cambio de planes de pago con los que el país pueda cumplir.
Esta búsqueda de transparencia no asombra a nadie: para poder acceder a los medios de financiamiento que ofrecen las finanzas internacionales, Cuba deberá ser mucho más franca en la divulgación de sus datos económicos. Y muy especialmente en lo que respecta a su balance de pagos.
Los incentivos fiscales fueron incrementados significativamente para la inversión extranjera, mas las compañías informaron que los recortes impositivos no son suficientes y mencionan que aún existe la falta de información necesaria para poder tomar decisiones sabias de inversión.
Para culminar, podemos mencionar que las negociaciones de deuda con el Club de París de naciones acreedoras pueden comenzar el año entrante luego de 18 meses de contactos informales; pero para que suceda eso, primero Cuba tendrá que proceder a abrir sus libros.