La percepción de la inflación y el rol de la Reserva Federal.
La inflación frecuentemente empieza de forma imperceptible. Se hace fuerte antes incluso de que sea reconocida. Esta demora en su detección, importante para los bancos centrales, es llamada ilusión monetaria: una frase que se refiere a una percepción de que se está creando prosperidad y abundancia reales. Es sólo después que se descubre que los banqueros e inversionistas más astutos capturaron la riqueza, y que los ciudadanos de a pie se han quedado con unos ahorros, pensiones y seguros de vida devaluados.
La inflación puede ganar momento sustancial antes de que el público en general lo note. No fue sino hasta 1974, luego de 9 años de un ciclo inflacionario en EEUU, que la inflación comenzó a ser un tópico político relevante, y una política de interés público.
Una vez que las percepciones de la inflación cambian, son extremadamente difíciles de volver a ajustar. En la era de la guerra de Vietnam, tomó nueve años para la mayoría de la gente de NorteAmérica enfocarse en la inflación; y once años para volver a reajustar los parámetros. Rodar una piedra por una cuesta hacia abajo es mucho más fácil que volver a empujarla hasta el tope de la colina.
Actualmente, es el dólar americano la moneda de reserva global. Todos los mercados, incluyendo acciones, bonos, mercancías y Forex son afectados por el valor del dólar.
Este valor, o sea, su “precio” está determinado por las tasas de interés. Cuando la reserva Federal manipula estas tasas, están distorsionando por lo tanto todos y cada uno de los mercados del mundo.
La reserva efectivamente puede tener algún rol legítimo como un prestamista de emergencia, de último recurso, y como una fuerza para usar la liquidez para mantener la estabilidad del precio. Pero, esa función de prestamista de último recurso se ha metamorfoseado en una fábrica de fianzas para todo uso, y la función de liquidez se ha tornado en la manipulación masiva de tasas de interés.