Cómo no auto-sabotearnos
Analizar el mercado es diferente de operarlo. Operarlo involucra emociones, pues estamos apegado a ese dinero duramente ganado; se trata de manejar probabilidades y de aprender cómo aceptarlo graciosamente como una pérdida. Analizar el mercado nos permitirá divorciarnos emocionalmente de adónde pensamos que el mercado se dirige, y no tener una pérdida de equidad si estamos equivocados.
Si se siente la sospecha de que podemos estar saboteando nuestro propio éxito aquí hay una rápida lista de chequeo:
Nos estamos aferrando a una operación en cuenta real que va en contra de nuestras reglas operativas? Estamos tomando pérdidas más cuantiosas de lo que nuestras reglas nos dicen que podemos permitirnos? Tratamos de evitar pérdidas..solamente para terminar con pérdidas aún mayores? Colocamos entradas de forma descuidada solamente porque un gran movimiento acabó de comenzar? Entendemos las noticias fundamentales detrás de los pares que estamos operando?Si estuviéramos sentados frente a frente, y usted luego de evaluar los resultados de esta lista le hacen sentir que efectivamente usted se está saboteando su propio éxito...lo primero que yo le haría saber, es que su rol como trader no tiene absolutamente nada que ver con su valor como una persona. Operar Forex se supone que es para aumentar nuestra calidad de vida, no para terminar de consumirla! Dada la tasa de éxito inicial relativamente baja es importante que entendamos este punto.
La realidad es que operar Forex puede ser difícil, y si no estamos dispuestos a aceptar los riesgos para trabajar por las recompensas que esto nos otorga, podemos perder rápidamente ganancias (de una forma prematura) por las que trabajamos muy duro.
Yendo aún más allá, los traders frecuentemente nos lo hacemos aún más difícil porque cuentan el éxito como el cerrar operaciones ganadoras, en lugar de apreciar el cuadro completo. Como por ejemplo lo es detectar que un expert no sirve para nada. O que una estrategia es incongruente con las condiciones de volatilidad existentes en el horario del que disponemos, y así sucesivamente.