Articulo especial: Cómo dañar la economía de un país. Parte I.
Con sus continuos desaciertos, la incertidumbre que genera en toda la nación y en el extranjero la cantinflesca forma de expresarse de quienes fueron designados para tomar en sus manos el destino de la economía de un país de más de 25 millones de habitantes, y con la inacción ante los problemas de escasez, la corrupción de los funcionarios que integran el sistema de “asignación” de divisas para las importaciones, han sido la tormenta perfecta que ha terminado de hundir una economía que no había sido fácil mantener a flote a pesar de los ingentes recursos de la explotación petrolera: la venezolana.
Hay que aclarar que muy pocos gobiernos han devaluado su moneda con aprobación de su población. Y el de Venezuela no es una excepción; para poder solventar sus déficits crónicos, se ha venido devaluando alegremente, y sin planificación alguna. Y no podía ser de otra manera, ya que el Banco Central está completa y totalmente subordinado a las órdenes del Gobierno. A pesar de los avances sociales, que son innegables y sería injusto dejar de mencionarlos, el efecto combinado de las políticas económicas incorrectas, la no inversión en infraestructura esencial del aparato productivo, sino por el contrario un aumento de burocracia consumidora de recursos que de otra manera pudieron haberse empleado en la recuperación de activos, ha dado al traste con una economía que ya iba presentando mejorías impulsada por los altos precios de los commodities de los últimos años.
Ahora bien, diversos grupos nacionales, en lugar de avocarse a seguir debatiendo interminablemente acerca de la implantación de un utópico sistema socio-político que ha terminado en todas sus versiones reprimiendo a sus ciudadanos, han terminado por plantear una posible solución que ellos llaman el bolívar (la moneda venezolana) divisa. Es decir, una moneda de libre compra-venta en los mercados mundiales tal y como fue durante los años 70, en los que incluso se llegó a emplear en la vecina Colombia como moneda de reserva por los particulares que podían tener acceso a ella, y que pareciera ser una de las mejores salidas viables a la actual crisis y al panorama que cada día más es semejante a una economía de guerra.
Existe un sector de los economistas que opinan que en primer lugar, debe aclararse que la propuesta del bolívar divisa sea de flotación, a la vez que presenta una paridad uno a uno con el dólar sería un contrasentido. Pero la intención de su implantación no es esa, al contrario, el bolívar divisa nacería con una paridad igual al dólar, pero inmediatamente de ese “nacimiento”, al día siguiente comenzaría a flotar libremente.
Pero para llegar a la paridad del bolivar actual frente al dólar es necesario previamente revaluar el bolivar. Como toda medida en el ámbito económico, esta revaluación no es conveniente hacerla de una sola vez, sino que dada la amplitud de las leyes Habilitantes concedidas al Ejecutivo, el mismo proceda a decretar revaluaciones diarias o semanales durante un año. Con esta simple medida la economía se iría autoajustando paulatinamente en todas sus partes, también sumándose a otras medidas simultáneas emitidas por la Presidencia, el Banco Central y el Ministerio de Finanzas. Estas medidas estarían dirigidas a bajar la liquidez, a disminuir la enorme cantidad de dinero circulante.
Esta recolección sería apropiada haciéndola de acuerdo a la ecuación siguiente, que toma en cuenta las variables que definen el cambio de la moneda frente a la divisa dólar:
Valor de cambio = Liquidez / Reservas internacionales
Entonces el Banco Central puede retirar liquidez en bolívares, para convertir esa liquidez en dólares al cambio del día “n” de revaluación. De esa forma se irían incrementando las reservas internacionales, al ir manteniendose el equilibrio del valor de cambio que corresponda a la revaluación parcial del día “n”, en donde n = 365 días.
Al mismo tiempo, existe un ingreso de dólares por medio la producción petrolera, y provenientes de la repatriación de capitales de venezolanos que, tal vez nerviosos por la incertidumbre en el ámbito financiero internacional, pagan dividendos casi nulos a enormes capitales, sumado a los riesgos de confiscación que pueda ejecutar el gobierno de EEUU a esos capitales si entra en emergencia por default.
Equipo de Análisis de Mercados NordFX