SISTEMA DE RESERVA FEDERAL
El Sistema de Reserva Federal también conocido como Reserva Federal o simplemente FED (acrónimo de Federal Reserve System), es el modelo de sistema bancario existente en Estados Unidos que se ocupa de controlar la política monetaria del país y de ejercer el poder de supervisar al resto de instituciones bancarias con el objetivo de alcanzar estabilidad. Además, puede a veces proveer de depósitos a entidades financieras o al gobierno estadounidense.
La FED nació en 1913 con la Ley de Reserva Federal con el fin de contrarrestar el clima de inestabilidad financiera que atravesaba el país por entonces. Dentro de sus funciones más importantes, la Reserva Federal protege el sistema bancario y los derechos crediticios de los ciudadanos. Además, también suele postularse como un prestamista para otras instituciones de ámbito internacional.
Generalmente la FED actúa dentro de un marco establecido por el Gobierno, que delimita los objetivos en materia económica que debe seguir este banco central que, no obstante, opera de manera independiente. Según establece la Ley de Reserva Federal, los principales objetivos de esta institución deben ser el máximo empleo, la estabilidad en los precios y los moderados tipos de interés a largo plazo.
Para poder alcanzar estas metas, la Reserva Federal dispone de diferentes instrumentos o herramientas propias de la política monetaria:
Operaciones de Mercado Abierto. La FED se encarga de controlar el dinero en circulación gracias a la compra y venta de instrumentos financieros.
Coeficiente de reservas. A través del control de las reservas por parte de los bancos es posible controlar la cantidad de dinero que estos prestan y, por tanto, el volumen de créditos concedidos en la economía.
Tipos de Descuento. Son los tipos de interés a corto plazo que la FED establece en sus préstamos a los bancos miembros.
Como se ha indicado anteriormente, el Sistema de la Reserva Federal funciona de manera autónoma e independiente pese a seguir los objetivos monetarios marcados por el gobierno estadounidense. Es decir, puede tomar decisiones libremente sin que estas tengan que ser aprobadas por el Presidente ni otros órganos oficiales. Solamente es necesario que se someta a una supervisión permanente por parte del Congreso.