INVERSIÓN Y GASTO
La diferencia fundamental entre gasto e inversión es el retorno esperado de cada uno de ellos. Mientras que en la inversión se espera conseguir rendimiento en el futuro, el gasto es la simple utilización de un bien o servicio a cambio de una contraprestación.
Dicho de otra forma, cuando invertimos, lo hacemos con el ánimo de obtener una mayor rentabilidad o beneficio en el futuro, ya sea en unas semanas o hasta en décadas. La inversión, por el contrario de lo que se cree, no sólo está asociado a criterios económicos o financieros, sino que es todo aquello que permite una mejora posterior a cambio de emplear recursos en la actualidad. De esta forma, una inversión puede ser realizar un depósito bancario (a cambio de un interés), un fondo de inversión o bolsa (obtener dinero), divisas (obtener ganancia al venderlas) o crear una empresa (obtener dinero y/o trabajo). Pero también puede ser estudiar una carrera (con el objetivo de llegar más lejos y tener mejores condiciones), aprender un idioma o comprarse mejores equipos técnicos para producir más.
Por el contrario, un gasto va destinado a satisfacer una necesidad o deseo. Cuando compramos un helado, ropa o similares, lo hacemos porque tenemos la necesidad de alimentarnos o vestirnos respectivamente o simplemente el deseo de adquirir dichos componentes. Cubrimos necesidades en la actualidad, no esperamos obtener un rendimiento a posteriori.
Sin embargo, puede haber casos en los que ciertamente se pueda confundir ambos términos o ambas definiciones sean óptimas para un mismo hecho, lo que muchas veces genera debate sobre ciertas inversiones públicas.