EL FRACASO DEL SOCIALISMO
A nivel mundial la historia nos ha demostrado que los modelos político económicos de carácter socialista, los cuales se centran en la búsqueda de la igualdad en todos los aspectos, no han funcionado y han estancado el desarrollo económico de los países, y a pesar de lo bien que pueda sonar el propósito del socialismo, no es más que una idea utópica de bienestar económico, que provoca una desmotivación de los actores económicos, ya que se castiga el progreso individual.
El socialismo cae porque es un colectivismo y como tal desmerece al individuo, lo minimiza y desprecia. Su base ideológica tiene como claro objetivo poner a cada persona dentro de tal o cual grupo, y estos grupos presentan conflictos entre sí. Nada existe fuera del grupo: ni sueños, ni subjetividades, ni moral.
Al colocarnos en paquetes con distintas etiquetas, el socialismo niega la esencia misma del ser humano, el hombre por naturaleza, buscará siempre, para bien o para mal, sobresalir en el grupo.
Los logros más extraordinarios de los cuales la humanidad ha sido testigo, no han sido jamás producto de un ente gubernamental, sino de hombres y mujeres con ideas y ambiciones por su progreso económico.
El socialismo provoca que el Estado y sus fuerzas se conviertan en un medio de control que busca tratar como títeres a todos los actores de la economía, obligándolos a hacer o no las cosas que muchas veces erróneamente ellos creen que están bien para la economía y buscan convertirse en el juez y parte de la economía.
El socialismo es el gran creador de la triste grieta de las clases sociales, donde los ricos son todos malos y explotadores, y los pobres son sin excepción buenos, creando divisiones y resentimientos en contra de los que generan trabajo y riqueza en un país.
La distribución de la riqueza que el socialismo pregona tiene como fin aumentar impuestos a los ricos y brindarlo, directa o indirectamente, a los pobres. Lo cierto es que los realmente ricos casi siempre se las ingenian para no pagar la totalidad de los nuevos impuestos, y es la clase media la que debe cumplir ese rol. Es aquí cuando empieza el empobrecimiento casi genérico de la población.