CURVA DE LAFFER
La curva de Laffer es una representación económica que muestra la relación entre un impuesto y el nivel de recaudación total resultado del mismo. Este concepto nace de la mano del economista Arthur Laffer, que en 1980 sugirió una bajada de impuestos al por entonces candidato presidencial Ronald Reagan con el argumento de que esta acción liberaría la iniciativa individual de la población.
La curva de Laffer parte del hecho de que cuando el tipo impositivo es igual a cero (t=0%) la recaudación pública es cero y que cuando el tipo impositivo es igual a 100 (t=100%), la recaudación pública también es cero (si los impuestos absorben todos los recursos no se producirá ninguna renta). Laffer, basándose en un fundamento matemático, expresa que entre esos 2 puntos habrá un tramo ascendente con niveles bajos de impuestos y otro descendente con niveles más altos donde habrá un máximo de recaudación, y tanto a la izquierda como a la derecha de éste máximo la recaudación será menor que en el máximo.
Conocer ese máximo en la realidad es muy complicado, depende de muchos factores y varía de un país a otro. Encontrarlo es un objetivo deseable ya que permite a los gobiernos e instituciones saber si deben bajar o subir un impuesto para conseguir mayores niveles de recaudación fiscal.
A priori es común pensar que al aumentar los tipos impositivos se producen cantidades de recaudación fiscal total superiores al anterior punto, del mismo modo que es imaginable que bajando los impuestos se recaude menos. Para Laffer, las presiones excesivas mediante impuestos pueden llegar a provocar fenómenos como la economía sumergida o ilegal, la salida masiva de capital de un país y desincentivos al consumo o la inversión.
La curva de laffer sugiere que tipo impositivo y recaudación total no son variables totalmente independientes y que existen otros parámetros alternativos que influyen en su comportamiento. Los ciudadanos que pagan impuestos necesitan un incentivo de inversión, es decir, los ciudadanos trabajan o invierten a cambio de algo, si tuvieran que entregar el 100% de su salario nadie trabajaría.
Cuando los impuestos son excesivamente altos, los individuos encuentran menor utilidad en sus inversiones y trabajos, decidiendo desde reducir su preocupación por estas actividades priorizando el ocio hasta tratar de evitar pagar tan alto nivel de impuestos (ya sea trabajando menos o por medio de fraudes o evasiones). En estos casos un aumento del tipo impositivo significaría en cierto punto una reducción de la recaudación. En el caso opuesto, una reducción de tipos impositivos sobre las rentas incentiva a las personas a aumentar su dedicación al trabajo y escalar en términos de sueldo.