COSTES CONJUNTOS
Los costes conjuntos son aquellos que forman parte un solo proceso que da lugar a varios productos. Es decir, cuando existe una serie de insumos con los cuales se fabrican simultáneamente diferentes artículos.
Un ejemplo es el de la industria petrolera que comercializa gasolina y queroseno. A estos bienes se le denomina productos conjuntos. Puede ser que alguno de ellos reciba un tratamiento adicional individualizado, llamado proceso autónomo, para obtener otras mercancías.
Cabe precisar que también existen costes conjuntos cuando a través de una sola operación de compra se adquieren materias primas de calidades distintas.
Los costes conjuntos permiten ahorrar a la empresa en sus procesos productivos. A esto se le conoce como economía de alcance.
La principal diferencia entre costes conjuntos y comunes es que en el primer caso no puede detenerse la producción de un solo bien sin paralizar también la de los demás. Es decir, las mercancías siempre deben obtenerse al mismo tiempo.
En cambio, los costes comunes son divisibles y puede pararse la producción de uno de los artículos sin suspender la de los demás. Esto lo observamos, por ejemplo, en la industria maderera con las sillas, muebles o escritorios que ofrece.
Existen, en general, tres métodos para la asignación de costes conjuntos:
Método de las unidades producidas: Se basa en la cantidad obtenida de cada mercancía. Este método es adecuado si los precios de venta finales son similares. Caso contrario, se generan distorsiones.
Método de valores de mercado en el punto de separación: Toma como referencia el precio de venta desde el instante en que los productos pueden diferenciarse entre ellos. Por ejemplo, cuando la gasolina y el kerosene están listos para ser entregados a un distribuidor. A este momento se le llama punto de separación.
Método del valor neto realizable: Se considera el precio de la mercancía en el punto final de venta.