CÍRCULO DE COMPETENCIA
El círculo de competencia es el grupo de empresas y/o sectores en los está interesado un inversor, y que además es capaz de entender. Es decir, las empresas de las que tenemos competencia o conocimiento. Este concepto es importante en la gestión de un portafolio de inversiones. Si el modelo de negocio es comprendido, entonces puede calcularse con precisión su nivel de riesgo y rentabilidad.
Podemos destacar las siguientes características del círculo de competencia:
Subjetividad: Cada persona define sus inversiones en función a sus propios conocimientos y capacidades.
Variabilidad: Los intereses no necesariamente se mantienen en el tiempo. Pueden expandirse, por ejemplo, en la medida que la experiencia y el nivel de estudios del usuario sean mayores.
Seguridad: Se reduce el nivel de riesgo del portafolio al dejar de lado propuestas que pueden ofrecer altas ganancias, pero cuyo modelo de negocio es muy complicado o dudoso.
Eficiencia: Valorizar una empresa muy compleja puede exigir mucho tiempo y recursos. En ese sentido, es preferible apostar por opciones que sean más fáciles de analizar.
Para definir el círculo de competencia se deben tener en cuenta varios aspectos como quiénes gestionan la empresa, quiénes son sus clientes y cómo se distinguen de los competidores. Es importante identificar además las fortalezas de la compañía y en qué sostiene su rentabilidad. Igualmente, no se deben dejar de lado las debilidades y amenazas que puedan afectar a la firma.
El reconocido empresario Warren Buffett recomienda solo invertir en el círculo de competencia. Siguiendo esa premisa, él mismo no apostó en su momento por empresas vinculadas a Internet a inicios de este siglo. Luego, con la explosión de la burbuja punto-com, se descubriría que el potencial de estas compañías estaba sobrevalorado.
Buffett propone elaborar tres listas al momento de elaborar un portafolio:
In: Negocios que se comprenden muy bien
Out: Empresas que se han intentado entender sin éxito.
Too Hard: Compañías que son demasiado complejas y en las que el inversionista no está dispuesto a destinar parte de su tiempo para estudiarlas.