La dolarización. Parte 1
Hay muchos mitos y leyendas en torno a la adopción de una moneda distinta a la que ha sido empleada en un país durante su existencia. No obstante, el caso particular del dólar tiene sus peculiaridades. Nos dicen que la dolarización le resta competitividad a nuestras exportaciones. Si fuera así, las exportaciones ecuatorianas se hubiesen dispersado durante los ochenta y noventa, y deprimido durante la dolarización.
Veamos lo que pasó:
Durante la década de los ochenta las exportaciones ecuatorianas de bienes y servicios crecieron en promedio 4,5% y en la siguiente 6%. No es un crecimiento que pueda llamarse espectacular, como tampoco lo ha sido el promedio del crecimiento de sus exportaciones en el periodo 2000/2006, de un 5.9%, o el todavía inferior promedio para el periodo 2007/2013, de 1.5%. Hay que añadir necesariamente que, las exportaciones de una Panamá también dolarizada crecieron durante 2000/2006 a un ritmo del 5.3% y de 9.9% entre 2007/2013.
Otros casos que hacen dudar del mito “la devaluación nos hace competitivos” es ver cómo han evolucionado las exportaciones del Japón en estas últimas cuatro décadas. Entre 1960 y 2004 el yen se vio apreciado en un 176% en términos reales en relación al dólar. Pero sus exportaciones en verdad despegaron.
De ser cierto ese concepto, lógicamente el desempeño de aquellos que han devaluado sería mucho mejor, lo que no es cierto como podemos deducir de los recientes casos de Argentina y Venezuela: sus exportaciones en el lapso 2007/2013 tuvieron un promedio de crecimiento de sólo 1,3%, y una contracción promedio del 5%, respectivamente. (Cifras del Banco Mundial).
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