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Ahora que notamos que las grande económias van en crisis y que en algunos momentos de nuestra vida necesitamos pedir un prestamo, el mercado nos ofrece varias opciones.

Aqui solo quiero dejarles un breve resumen para que tengan en cuenta al momento de: Pedir un préstamo al banco o a un prestamista privado: ¿qué es mejor?

Las dos vías para conseguir el dinero cuentan con ventajas e inconvenientes que el usuario debe conocer antes de elegir

Cuando el cliente de un banco necesita un préstamo, se abren ante él dos opciones principales: acudir a un banco o a un prestamista privado. Las dos vías para conseguir el dinero cuentan con ventajas e inconvenientes que el usuario debe conocer antes de elegir.

Cuando se trata de pedir un préstamo personal o préstamo rápido, los bancos suelen ser los más baratos pero los prestamistas privados como las EFC (entidades financieras de crédito) son sin duda los más rápidos. Y aquí no terminan las diferencias. Veamos los puntos débiles y fuertes de cada opción.

Bancos
• A favor: Ofrecen los préstamos más baratos, de entre el 9% y el 15%. Además, en caso de impago, el banco primero nos dará un aviso y solo después empezará a cargar comisiones de demora esperando que nos pongamos al día, de manera que pasará un tiempo hasta que decida registrar nuestro nombre la central de riesgos.

• En contra: Tardan mucho en estudiar nuestro caso (semanas) y en 2013 tienen un muy bajo porcentaje de concesión de créditos. Además, suelen pedir explicaciones de para qué queremos el dinero y analizar nuestras cuentas y situación exhaustivamente antes de aprobar el crédito.

Prestamistas privados
• A favor: Aprueban la operación en un gran porcentaje de casos y la respuesta suele ser muy rápida, en cuestión de horas o incluso minutos. El contrato es más sencillo que el del banco, con menos letra pequeña, y rara vez preguntan para qué necesitamos el dinero.

• En contra: Son mucho más caros que los préstamos del banco, pudiendo llegar a intereses del 50%. Y en caso de impago, el prestamista procederá inmediatamente a registrar nuestro nombre y datos en una lista de morosos.