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19/04/2012
Brasil era hasta hace tres años, una potencia emergente.Su crecimiento era fuerte. Año tras año, pudieron sacar de una pobreza extrema a buena parte de sus 40 millones de sus habitantes. Hoy sufre la peor recesión en varias décadas, mientras se van abriendo uno a uno los capítulos de la historia del mayor escándalo de corrupción política en su historia; y para empeorar las cosas, sobrevino un cambio abrupto de gobierno. El gobierno de centro izquierda del ex presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva (2003-2011) que hasta hace poco existía gozaba de la admiración de la gente porque establecía vínculos con grupos empresariales, mas también se dedicaba a promover la expansión de programas de amplio alcance y con mucho exito en la lucha contra la pobreza. Lula logró conformar una coalición gubernamental con grupos políticos de derecha, centro e izquierda, liderados por su Partido de los Trabajadores (PT).
Mas el mayor caso de sobornos y lavado de dinero que se haya visto en la historia de Brasil originó un sacudón del PT hasta sus cimientos. Las investigaciones judiciales revelan que grandes empresas de ingeniería brasileñas tenían más de diez años financiando las campañas electorales del PT y sus aliados, con el fin de asegurar la adjudicación de contratos en los proyectos de la petrolera estatal Petrobras. Esta operación ilegal a todas luces, comenzó durante el gobierno de Lula. Las investigaciones arrojaron que muchos dirigentes y legisladores del partido están involucrados, y eso ha afectado la reputación del propio ex Presidente Lula.
Pero en relación a la presidenta Rousseff, las investigaciones no arrojaron indicios de que haya estado involucrada en el escándalo Petrobras. Sin prestar atención a estos hechos el Poder Legislativo decretó su suspensión, y va en camino de destituirla, por violaciones y mala praxis vinculadas a prácticas contables del presupuesto nacional. Lo más insólito es que varios de los congresistas que juzgan a Dilma para inhabilitarla por contabilidad creativa, ellos mismos están enfrentando juicios relacionados con el caso Petrobras. De acuerdo a la organización Transparency Brasil, más de la mitad de un total de los 594 senadores y diputados del país están cuestionados por la justicia, siendo acusados de múltiples delitos que van desde la evasión tributaria, hasta delitos graves como el asesinato.
Luego del estallido del escándalo Petrobras, el aliado más grande del PT en la coalición gobernante, el PMDB, pasó a ser un partido de oposición. De ahí proviene el ahora presidente Michel Temer.
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