La encomia de Brasil sigue estancada. | Análisis Fundamental y Técnico | Foro

Durante muchos meses, Guido Mantega, ministro de Hacienda de Brasil, ha estado pronosticando que la economía está al borde de un crecimiento vigoroso que nunca parece llegar. A pesar de ello, las cifras del tercer trimestre publicados el 30 de noviembre fueron un shock. El gobierno había convencido a economistas independientes de una moneda más débil, menores tasas de interés y una reducción en el impuesto a las ventas de automóviles y electrodomésticos provocaría una expansión saludable del 1,2% en comparación con el trimestre anterior. En la realidad, la cifra fue de apenas 0,6%. El Instituto Nacional de Estadística también recortó su estimación de crecimiento del segundo trimestre, desde el 0,4% al 0,2%.

Los números fueron "decepcionantes", admitió Mantega. Pero la recuperación, insistió, está en camino: el 4% del crecimiento se registrará el próximo año, con un 5% en 2014. Pocos ahora le creen. Los analistas están recortando sus predicciones. Añadiendo un año pasado anémico de 2,7% y Brasil está viendo su peor desempeño del crecimiento en más de una década.

El más desagradable sorpresa fue la caída de la inversión, a pesar de los esfuerzos del gobierno en los costes empresariales más bajos. El Banco Central ha reducido la tasa de interés de 12,5% a mediados de 2011 a un mínimo histórico del 7,25%, sino que también ha hecho que los bancos estatales reduzcan las diferencias, para prestar más. Un impuesto sobre las entradas de moneda extranjera y las intervenciones del Banco Central han diseñado una caída del real dolorosamente fuerte en torno al 20% desde febrero. El gobierno ha reducido los impuestos de nómina para los fabricantes, que promete un gran recorte de las tarifas eléctricas, y ha recurrido al sector privado para aliviar la congestión del transporte.

Todo esto se lee como el sueño de un empresario brasileño hecho realidad. Así que ¿por qué no el auge de la inversión esperada no se ha materializado?, El enfoque del gobierno y la actitud hostil hacia el sector privado parecen haber puesto fuera a los mismos inversionistas que esperaba atraer. Los precios de la electricidad en Brasil, por ejemplo, son el tercer país más alto y una pesadilla negocios de larga plazo. Pero el plan del gobierno de reducir los aranceles en un 20%, ya que sobrestimar los márgenes de las empresas de servicios públicos y subestimado la tasa de rendimiento que se requieren para renovar los contratos a corto plazo.

La única buena noticia para el gobierno fue que el consumo de los hogares sigue creciendo, aunque a un ritmo más lento que en el pasado.Y mantener la inflación bajo control, son la receta de la popularidad política en Brasil. Dilma Rousseff, la presidente, es de hecho mas popular. Más de tres cuartas partes de los entrevistados en las encuestas de opinión de ella como "buena" o "excelente". Un sondeo del mes pasado encontró que el 26% de forma espontánea la nombró como su candidato presidencial preferido en 2014.